23 abr 2025
El liderazgo y el crecimiento profesional comparten una verdad profunda: servir para transformar. Quienes hemos tenido el privilegio de liderar equipos sabemos que pocas cosas generan mayor plenitud que ver a las personas evolucionar, superar sus límites y convertirse en piezas clave de una visión más grande. Es en esos momentos cuando el liderazgo deja de ser una función y se convierte en un acto de sentido.
Pero, ¿qué ocurre cuando nuestro rol cambia y dejamos de estar al frente de un equipo? Cuando lo que antes era tangible —una conversación, una retroalimentación, un logro conjunto— se convierte en influencia más sutil, estratégica o estructural. La gratificación se diluye. Las métricas conocidas ya no aplican. Y surge una inquietud que muchos comparten pero pocos expresan:
¿Sigo siendo relevante si ya no lidero personas directamente?
Aquí es donde muchos profesionales se sienten extraviados. No porque hayan perdido capacidad o valor, sino porque siguen evaluando su éxito con una brújula que ya no apunta al mismo norte.
Del Liderazgo de Equipos al Liderazgo de Impacto
La sociedad nos ha condicionado a pensar que liderar es dirigir personas. Se nos ha enseñado que influir, guiar y desarrollar equipos es la manera más evidente de generar impacto. Sin embargo, el liderazgo no es un cargo ni un equipo a tu cargo; es una mentalidad.
John C. Maxwell, en su libro Los 5 Niveles de Liderazgo, explica que el verdadero liderazgo no se mide solo por la autoridad formal, sino por la capacidad de influir y generar cambios, sin importar el puesto que ocupemos. Cuando el contexto cambia y pasamos de un liderazgo visible a uno más estratégico, el reto es descubrir cómo seguimos ejerciendo esa influencia desde una posición diferente.
Algunas preguntas clave para esta transición:
• ¿Estoy sumando valor real o solo ejecutando tareas?
• ¿Cómo se mide mi impacto ahora y cómo puedo hacerlo visible sin necesidad de protagonismo?
• ¿Estoy transformando estructuras, conversaciones, decisiones… o solo adaptándome pasivamente a ellas?
El Cambio de Métrica: Midiendo el Impacto de Otra Manera
Una de las tareas más desafiantes en este camino es soltar la necesidad de validación externa.
Pasamos años midiendo nuestro impacto a través del avance de otros, y cuando eso cambia, el ego se resiste. Pero como diría Peter Drucker en The Effective Executive, la primera gran responsabilidad de un líder es gestionarse a sí mismo.
Y eso implica un giro profundo:
• Comprender que la influencia no siempre es visible, pero sí decisiva.
• Encontrar satisfacción en transformar ideas, procesos o estrategias, no solo personas.
• Motivar desde la conciencia interna, no desde la aprobación ajena.
El Ciclo del Liderazgo: Estaciones de Impacto
El liderazgo no es un punto fijo, sino un ciclo. A lo largo de nuestra carrera, transitamos diferentes estaciones de impacto:
• Liderazgo visible: cuando lideramos equipos y nuestro impacto es directo.
• Liderazgo estratégico: cuando influimos en decisiones, estructuras y cultura organizacional.
• Autoliderazgo: cuando nuestra principal responsabilidad es nuestra propia evolución.
Cada etapa tiene su propio lenguaje, desafíos y recompensas. Pero todas comparten una raíz: el deseo de servir con sentido.
La verdadera pregunta no es si deberías volver a donde liderabas personas. Es más bien: ¿Necesitas volver a tu zona de confort o estás listo para liderarte a ti mismo en una nueva dimensión de impacto?
En Common, entendemos que la evolución profesional no siempre es lineal, pero sí puede ser profundamente transformadora.
Acompañamos a líderes en ese tránsito entre etapas: cuando el rol cambia, pero el deseo de impacto permanece. Nuestros proyectos están diseñados para ayudarte a redescubrir tu voz, redefinir tus métricas de éxito y reconectar con tu propósito desde nuevos niveles de conciencia y estrategia.
Ya sea que estés en una fase de liderazgo visible, estratégico o en pleno autoliderazgo, Common te ayuda a convertir cada estación en una oportunidad de crecimiento real.
El arte de seguir evolucionando
Si alguna vez sentiste que tu impacto se había reducido porque ya no lideras un equipo, detente y replantea:
• ¿Estás midiendo tu influencia con parámetros caducos?
• ¿Estás aplicando en ti mismo la exigencia que antes impulsabas en otros?
• ¿Estás en el lugar equivocado… o simplemente en una nueva etapa que aún no has terminado de abrazar?
Tal vez no se trata de volver a lo que eras, sino de descubrir lo que ahora estás llamado a ser.
Porque el liderazgo no es un título.
No es una jerarquía.
Es una forma de estar en el mundo.
Y la pregunta final es:
¿Qué tan dispuesto estás a liderarte con la misma fuerza con la que alguna vez lideraste a otros?
Artículo por: Fernanda Urcadiz
Chief of Staff Common